Esta figura, de extraordinaria factura y modelado, hace mucho tiempo que tenia ganas de pintar. He esperado un poco a publicar este post, para hacerlo coincidir con el centenario de la Legión española, posiblemente la unidad militar de elite más famosa y distinguida del ejercito español.
Tras el desatre de la guerra de Cuba y la dura opinión pública, el deterioro de la moral y entrenamiento de un ejercito de reemplazo, desprestigiado, poco motivado y mal entrenado hacía necesaria la creación de una unidad profesional para encarar los combates en la guerra del Rif.
La legión se creó hace 100 años y se distinguió con extremo valor en la guerra de Marruecos, labrandose por meritos própios su própia leyenda y devolviendo el orgullo a un ejercito en horas bajas.
Es su característica idiosincracia la que suele llamar la atención de la Legión. Esta incluye un potente credo y un simbolismo especial. La figura, de Miniaturas Beneito, creo que busca captar esa esencia plasmandola en el gorrillo y el característico banderín.
Extraido de "La Legión" D. Jose Millan Astray:
"...las banderas de la Legión, son a la clásica usanza de la vieja Infantería española cuyas formas y dibujos respetan el recuerdo de los que pasearon triunfantes por el mundo...los banderines de compañia son también clasicos y llevan distintos colores, correspondientes al de su bandera matriz, y por armas las ramas de Borgoña."
He querido pintar a un legionario de los que combatieron en algún blocao alrededor de Melilla durante la guerra del Rif allá por el año 1921, cuando los hombres todavía eran hombres y la nobleza humana ahún tenía valor. El banderín que porta es el de la 7ª compañia del Tercio de extrangeros (que posteriormente sería el tercio "Duque de Alba", 2º de la Legión) perteneciente a la Vª bandera "Gonzalo Fernandez de Cordoba". La elección no es casual. Muchas son las compañias que se destacaron en el tiempo en que situo esta figura, durante los duros combates tras el desastre de Annual, salvando Melilla, reconquistando y pacificando el territorio perdido. La 7ª compañia también combatió con valor, pero mi motivación es otra. Todavía recuerdo las historias, canciones y anecdotas de mi querido padre, que en paz descanse, acerca de sus años en el ejercito allá por los años 60. El fué voluntario, Caballero Legionario Paracaidista y el negro y amarillo eran los colores de su bandera. Así, de este modo, puedo dedicarsela. No todo debieron ser flores en una bandera arrestada, y política y otras consideraciones personales aparte no quitan que esa épica y orgullo con que vestía sus histórias, fuesen el deleite de su primogenito y, posiblemente, el germen de su interés y curiosidad por la história, uniformes y ejercitos.
Sin más, ahí va, espero que os guste, he puesto todo mi cariño en ella:
Un poco más cerca:
Salut!